Fruto Vivas: Reivindicar la tecnología de los pobres para los pobres
agosto 27, 2017Fruto Vivas: Reivindicar la tecnología de pobres para los pobres
Revista SIC. Diciembre de 1.993.
Toda su vida la dedicó a encontrar soluciones habitacionales para los más humildes, descubriendo después de muchos años de experiencia que las mejores respuestas se encuentran en el pueblo. Se trata de Fruto Vivas, arquitecto por todos conocido, quien
en esta oportunidad dialoga con SIC acerca de las salidas que requieren los barrios de Caracas ante los múltiples problemas que enfrentan en 1994: vivienda, alto costo de la vida, empleo, participación.
Fruto Vivas comenta que una propuesta vigente es el desarrollo de tecnología de pobres para pobres, o de pobres para todos, en vista de que no existe tecnología de ricos para pobres.
El problema parte, comenta, de la estigmatización que les hemos conferido a quienes viven en los barrios. Ser pobre es suficiente requisito para ser considerado ladrón, ratero, sospechoso. Los barrios son “terreno de nadie”, donde la policía no entra, y los muertos que allí deja la violencia son menos valiosos, o duelen menos, que aquellos asesinatos que con menos frecuencia ocurren en las calles de la clase media alta o en el Country Club. La ignorancia es otro de los calificativos que se le coloca gratuitamente al pueblo, sin pensarlo mucho.
Hay que empezar, asegura Fruto Vivas, por colocar en su verdadero lugar a la gente humilde, y por reconocer que desde los barrios se pueden generar respuestas más eficientes que las ofertadas por los diferentes gobiernos durante todo el período democrático, las cuales en lugar de mejorar la situación, la han empeorado.
Caracas, afirma, tiene que ser declarada en emergencia porque colapsó desde hace muchos años atrás: “No se trata solo de que en cada época de lluvia se caiga un número determinado de casas, sino que tenemos una ciudad superpoblada, una ciudad donde los servicios desbordan sus posibilidades. Es una población que se encuentra en medio de una crisis acelerada de alza de insumos fundamentales para la vida, y que ha llevado a las Naciones Unidas a comparar la desnutrición de los barrios de nuestra capital, con Etiopía” aseguró.
Darle poder al pueblo para solucionar sus problemas
Aún están vigentes las ideas que plantamos en Los Erasos. Nos duele profundamente el engaño de los políticos que manipulan a la población pobre para armar grandes espectáculos de televisión. En ese caso, yo capi en esa trampa, y fui utilizado en un proyecto hermoso, del cual traíamos una experiencia sin precedentes, que era el Proyecto VEN 90-14 de las Naciones Unidas y que desarrollamos junto con Anita Brunlick y Alina Bastidas.
Fruto Vivas habla de la primera experiencia con un equipo disciplinario en nuestro país para desarrollar programas de viviendas productivas con el objetivo de atacar la pobreza crítica. De allí surgió la idea de los “arboles para vivir”, que consiste en convertir a las viviendas populares en verdaderos nichos ecológicos, llenos de respuesta ante problemas como la alimentación, la vivienda, el trabajo y el ocio. “Infelizmente tampoco realizamos esta experiencia porque el partido de turno lo aguanto para utilizarlos como programa electoral y hoy aún ninguno de los planes, ni aún el de Los Erasos, han podido convertirse en realidad”.
El proyecto de Las Naciones Unidas consistía en seis experiencias pilotos en varias regiones de Venezuela, que servirían de modelo para que la gente asumiera en forma entrópica la resolución de sus problemas vitales. En este caso, la comida, la productividad, la artesanía, y todas las capacidades que tiene el pueblo. Se trataba de un acuerdo INAVI – Naciones Unidas, pero el INAVI no cumplió y Las Naciones Unidas retiraron el apoyo a proyectos gubernamentales, como consecuencia de esta triste experiencia.
Fruto Vivas recuerda otra experiencia con mayor alegría. Se trata de la realizada en 1.980 con los damnificados de Ruperto Lugo, Casalta y La Vega. “Allí se logró el primer milagro, cuando, después de ocupar terrenos destinados a parque porque la gente no podía regresara a los desfiladeros desde donde se cayeron sus casas, conseguimos que la Guardia Nacional no los desalojara. Por el contrario, se les ofrecieron tecnologías y materiales para que ellos mismos construyeran sus viviendas”.
Entonces se formaron equipos interdisciplinarios. La UCV asumió el proyecto de Casalta, Fruto Vivas con un equipo de la Gobernación se entregó al de La Vega, y otro equipo trabajó con Ruperto Lugo, todos con la misma tecnología desarrollada por Vivas, a la que ha llamado «esqueletos portantes de acero», de rápido montaje y donde toda la actividad constructiva puede ser hecha por las personas que van a habitar las casas.
Se contrató al Premio de Conservación, José Vicente Mora, para desarrollar un programa de huertos, y al físico Plinio Negrete para desarrollar un programa de energías alternas. Se instaló un aeromotor eólico para producir energía eléctrica y se diseñó un sistema de biodigestores para que todas las cloacas se transformaran en biogas y abono orgánico para los huertos. La UCV diseñó una bomba solar que permitía, mediante el Sol, elevar las aguas grises para ser utilizadas en riego en todas las laderas sembradas por la gente. Este proyecto quedó concluido en su totalidad, en una muestra de solidaridad sin precedentes. Construimos cerca de cuatro mil viviendas en seis meses, con un costo de 30 mil bolívares por familia en un crédito a diez años. Hoy casi todas esas familias son dueñas de sus casas.
¿Y hoy, después de más de diez años, cómo se encuentran estas comunidades?
El problema es que una vez terminadas las viviendas y tomadas en posesión la comunidad perdió sus lazos de unión, volvieron los problemas políticos de manipulación, los huertos fueron abandonados, la bomba solar nunca funcionó, la planta de tratamiento que tenía que producir biogas no pasó de un experimento – dice. Afirma Fruto Vivas que la responsabilidad mas grave del pueblo ha sido el pretender que continué .la situación del Estado paternalista, esperando que este le solucione todos sus problemas, y aún persiste la idea de que sin el Estado presente, no se puede avanzar.
Esto fue lo que ocurrió con Los Erasos. Una vez que el gobierno decidió no otorgar los 120 millones de bolívares para hacer realidad aquel sueño, en el que todos nos involucramos, el pueblo no hizo nada. Los planes quedaron almacenados en la Gobernación. Esta falta de cohesión de las organizaciones populares, de no salir a reclamar sus derechos, de no tener voz propia, nos tienen que llevar a luchar por consolidar aun mas los nexos comunitarios, para hacer de las asovecinos estructuras eficientes para el autodesarrollo.
Que el pueblo sea el Arquitecto
A pesar de tantos traspiés, Fruto Vivas continua soñando. Y tiene razones, afirma, para no dejar de creer en las utopías —sin utopías, dice el cantautor Serrat, la vida seria solo un ensayo para la muerte—. De hecho, comenta, se observa una transformación real y palpable del país. Juntas de Vecinos, Alcaldías y gobiernos locales, Organizaciones No Gubernamentales, entre otros grupos, ya han creado una verdadera red de autogestión, y están dando respuestas locales a problemas nacionales.
Proponemos desarrollar la arquitectura de masas, donde el pueblo sea arquitecto y donde este, autogestionariamente, asuma la transformación de su entorno, incluyendo el concepto de vivienda integral. Se trata de ver a la vivienda como un todo en lo tecnológico, en lo productivo y en lo económico. Como una unidad sociológica.
Fruto Vivas comenta que otra propuesta para este concepto entrópico es el desarrollo de tecnología de pobres para pobres, o de pobres para todos, en vista de que no existe tecnología de ricos para pobres.
No existen neveras para pobres, ni lavadoras para pobres, ni muebles para pobres. Nuestras experiencias en el conocimiento del desarrollo de las tecnologías populares en toda América Latina nos han demostrado que el pueblo, ante la necesidad, resuelve magistralmente casi todos sus problemas técnicos, incluyendo el de vivienda. El pueblo es capaz de producir incluso turbinas para generar electricidad, neveras, lavadoras, y lo que digo no es nada nuevo. Bastaría meterse en un mercado de Bolivia, Santa Cruz o en Cochabamba, en plena Sierra, para ver alas culturas autóctonas resolviendo absolutamente todos los problemas con una capacidad productiva ejemplar, donde sus viviendas de barro son de una calidad inusitada, y donde tienen adentro un telar para procesar la lana de las llamas, que a su vez pastan alrededor de las viviendas y en los techos hay palomares que permiten garantizar todos los días las proteínas básicas. Toda la comida básica de una familia puede cultivarse en el techo de una vivienda, o en las ventanas.
Comentó Fruto Vivas que en los barrios pueden construirse ademas fabricas para dar respuesta a los problemas locales, como insumos básicos para las viviendas entre los que se cuenta la producción de ventanas, puertas, bloques, así como todos los productos agrícolas. «Todo esto, con carácter de emergencia, porque la situación que hoy viven los barrios ya es insostenible»
El pueblo puede asumir su propio destino. Hay un desconocimiento profundo del grado de las relaciones societarias que existen en los barrios. El pueblo tiene una capacidad de organización superior al resto de la sociedad. La necesidad lo obliga a tener grandes vínculos humanos, mientras en las urbanizaciones de las clases medias y altas la gente no se conoce ni se saluda, salvo cuando se roban un carro o hay un atraco, en el pueblo pobre todos se conocen, nadie está perdido. Eso permite que los programas de autogestión prendan rápidamente y que podamos «democratizar la técnica» para ponerla al alcance de todos.
Afirma que de hecho, el mercado informal en América Latina ya comienza a superar al mercado formal, mientras que la población vital que mueve el país es mayoritariamente informal. «Esto nos daría la posibilidad de un nuevo camino de organización del pueblo, sin usureros, banqueros, o industriales especuladores que llevan los productos a precios inalcanzables. Se trata de conseguir un pueblo capaz de llevar su propia banca, de asumir su propia productividad y su propio mercado, paralelamente al mercado formal»
De hecho —recuerda— existe desde hace muchos años las experiencias cooperativistas del estado Lara y las llamadas Ferias de Consumo, que se han mantenido con gran éxito en el tiempo.
No se trata de ningún sueño, se trata de una decisión política que hay que tomar. En otras oportunidades los proyectos no llegaron a conclusiones felices, justamente por falta de decisión política. Y se trata de una decisión urgente, que hay que tomar sin mas dilaciones, porque la situación de crisis es insostenible. No esperemos otro 27 de febrero. Hay que valorar a las personas en su justa dimensión.
Quizás, comenta Fruto Vivas, muchas soluciones a problemas —incluso de las clases medias y altas— se encuentren en la gente del pueblo. Solo se trata de otorgarles credibilidad, darles autonomía y posibilidades para desarrollarlas, además de acompañarlos en el proceso con recursos y respuestas tecnicas. Dar este paso fundamental, es prioritario —señala— para lograr una verdadera democracia.
Descargar entrevista Fruto Vivas en PDF “El arquitecto es el pueblo”